martes, 27 de marzo de 2007

20 AÑOS DE LUCHA

“No se, si pueda llegar a un futuro, pero lo que quiero es tener el suficiente valor para seguir soportando esta enfermedad”, al decir esto, se conmueve y con una mirada hacia el cielo expresa una espantosa angustia y después de un silencio concluye “por ahora no me es muy difícil, porque tengo el apoyo de mis amigos y mis dos hermanos”.

La alegría de esta persona es envidiable, a pesar de su enfermedad nunca se muestra de mal genio, quejándose y mucho menos maldiciendo su vida, más bien, en todo momento trata de demostrar la felicidad que hay en él, hasta el punto que sus amigos ven reflejado un motivo más de vida y las ganas de poder hacer las cosas bien.

Ronald Vásquez Peña, joven de tan sólo 23 años, lleva consigo una terrible enfermedad que se desarrolló cuando tenía 3 años. Con mucha angustia por que no sabía que le pasaba a su hijo, su madre Edith peña lo llevó al hospital y después de una serie de exámenes los doctores le diagnosticaron Drepanocitosis.

Esta enfermedad es muy frecuente en la raza negra y afecta aproximadamente al 10% de la población americana y a más del 40% de algunas poblaciones del continente africano. Clínicamente se caracteriza por anemia, dolores óseos y articulares, úlceras en piernas y crisis dolorosas, como afecta a los glóbulos rojos es posible que está enfermedad lleve a su victima a la muerte.

A pesar de los fuertes dolores que éste padecimiento le causaba y al ver a su hermana mayor resistiendo esta cruel enfermedad, puesto que ambos la tenían, crecieron como dos niños normales; jugando fútbol, asistiendo a fiestas de cumpleaños y una que otra vez asiendo travesuras.

Esta hermandad sólo duro 16 años, puesto que el cuerpo de la guerrera mayor y aquella que le daba aliento a su querido hermano cuando ambos estaban en la crisis de su enfermedad, no resistió más, después de una ardua batalla se supo que Eliana Vásquez Peña, no resistió a su mal.

“Medio mucho miedo y tristeza nunca pensé que una muchacha de 17 años se pudiera morir, y pensaba que me iba a pasar lo mismo porque éramos tan unidos, que la enfermedad nos atacaba al mismo tiempo”. Ronald pensó que se le acababa la vida, pero no echaba a ver que tenía otros dos hermanos mellizos que necesitaban de una figura mayor en su casa, puesto que su padre no vivía con ellos y su madre tenía que trabajar como enfermera en el hospital San Juan de Dios de la ciudad de Cali.

Ya han pasado 8 años desde que se presentó esta desgracia en la casa de la familia Vásquez Peña, Ronald sigue en su lucha contra su enfermedad, aferrado a la pelea contra la enfermedad, con una cara amable para todos los que necesiten de él, un amigo indispensable, y su actitud es una lesión de vida para todos aquellos que mantiene dando golpes de pecho y maldiciendo por la vida que les tocó.

Por: Ányelo Marín

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